Las siete consignas que tienes que seguir para encontrar tu segmento en la industria del coaching.

Las siete consignas que tienes que seguir para encontrar tu segmento en la industria del coaching.

Por Anlleni Núñez, Vicepresidenta ACCOP.

 

RESUMEN

Este artículo ofrece una guía práctica y reflexiva para los coaches que intentan definir su segmento. Las consignas proporcionadas abarcan desde la necesidad de autoconocimiento hasta la comprensión de las necesidades de los clientes, promoviendo un enfoque de exploración activa durante el ejercicio profesional del coaching.


La pregunta acerca de tu segmento no es algo trivial, ya que se trata, nada más ni nada menos, de cuál es el grupo de personas a quienes quieres servir e impactar positivamente a través de los dones y los talentos que volcarás en tus servicios. 

Sin embargo, debes estar atento, para que el no tener un segmento definido no setransforme en un obstáculo para comenzar a ejercer. 

Dicho esto, te compartiré estas siete consignas a tener presente para ejercer como coach. Sinceramente me hubiese encantado que alguien me las mencionara 10 años atrás, pero solo las aprendí con el tiempo y hoy puedo ponerlas a tu disposición en retrospectiva.

Primero: En tu yo del pasado está la respuesta, porque tu segmento muchas veces eres tú mismo tiempo atrás. 

El primer segmento con el que me sentí cómoda como coach fueron ingenieros que querían “dar un salto integral” en sus vidas o, en otras palabras, querían avanzar tanto en sus carreras profesionales como en el ámbito personal. 

Si me preguntaran por qué elegí este segmento, diría que fue porque lo tenía a la mano: yo era una ingeniera que se acababa de certificar como coach y que había vivido durante toda mi carrera profesional la disociación entre vida personal y profesional, eligiendo siempre entre un ámbito o el otro. 

El grupo de los ingenieros que querían dar un salto integral, me permitió dar mis primeros pasos como coach profesional, pero, sobre todo, me permitió darme cuenta de algo: ¡nuestro segmento muchas veces somos nosotros mismos tiempo atrás! 

Luego, a los años de ejercer como coach me fui transformando en mentora. Digo que me fui “transformando” porque fue algo que comenzó a suceder de forma natural, ya que, por un lado, sabía lo difícil que era posicionarse y lograr ejercer profesionalmente como coach, mientras que, por otro lado, ya había recopilado muchas experiencias que me permitían ayudar a otros coaches. Fue así que, movilizada por la firme convicción de que el mundo necesitaba coaches ejerciendo y la determinación de que, para lograr ejercer, no tuvieran que pasar por los pormenores que pasé yo, comencé a acompañar a otros coaches a ejercer para que ellos también pudieran lograrlo. Así, de nuevo, ¡mi yo presente le hablaba a mi yo del pasado!

Si resuenas conmigo en lo que te voy compartiendo hasta aquí, te invito a evaluar desde ya a quiénes ㅡque se parecen a ti tiempo atrásㅡ podrías ayudar con la experiencia y el conocimiento que tienes hoy. 

Segundo: Eres el punto intermedio entre dos eslabones de conciencia (uno de mayor y otro de menor conciencia que tú). 

Si bien muchas personas recomiendan no compararse, yo te sugiero tener esto presente: así como siempre hay alguien que tiene un nivel de conciencia mayor que tú, también habrá alguien con un nivel de conciencia menor. En términos simplificados, si la vida fuese una escalera por la que vas ascendiendo (claramente no lo es, pero en términos prácticos servirá como ejemplo) enfócate en el escalón de abajo y tiende una mano para ayudar a quienes vienen detrás de ti. 

¿Qué quiero decir con esto? 

Que siempre habrá alguien más preparado que tú, al mismo tiempo que habrá alguien que lo está menos. Recuerda, ¡tú eres el punto intermedio entre ambos! Por lo mismo, ten por seguro que puedes ayudar a muchas personas que están en los peldaños anteriores al que tú estás.

Te doy un ejemplo: supongamos que tú eres un profesional con título universitario y diplomado en alguna especialidad. En este caso, podríamos suponer que la versión tuya con diplomado debería estar peor preparada que alguien con magíster, pero mejor que alguien de pregrado.

Te doy otro ejemplo: supongamos ahora que tú eres madre de dos hijos, en términos generales, puedes tenderle una mano y responder muchas de las dudas de una madre primeriza, ¿lo ves?

Ahora que has tomado conciencia de esto, identifica ese grupo de personas que está un peldaño más abajo que tú en términos de formación, conocimiento, experiencias, logros o trayectoria, a quienes podrías comenzar a ayudar desde ya. ¡Anímate a explorar cómo es para ti el trabajo con esas personas!

 

EslabónSiempre habrá alguien con un nivel de conciencia menor al tuyo. ¡Puedes ayudarlo!

 

Tercero: El segmento ¡se descubre!

Cuando te conté un par de párrafos atrás que mi primer segmento fueron los ingenieros, no te conté la historia completa. La verdad es que antes de trabajar con ese grupo, llegaron a mi oficina distintos perfiles de personas con las que exploré trabajar. Entre ellas: hijos de marino, madres, mujeres que tenían historias de trauma a partir de situaciones de violencia o abuso, entre otros. 

Con los hijos de marino, no me sentía “en mi salsa”. Con las madres, a veces me aburría y otras me fundía en la historia. Mientras que con las mujeres que traían historias de trauma, sentía que las podía acompañar a identificar un área en la que necesitaban apoyo, pero que, a la vez, yo no tenía los recursos para acompañarlas a través de un proceso (creo que las situaciones de trauma siempre deben ser derivadas a un especialista).  Pero, en cambio, con los ingenieros, sentía que tenía tanto para aportar: mi experiencia de vida, mi conocimiento técnico de la carrera y los ámbitos en que se desempeñan los ingenieros, sumado a mi forma concreta de hacer coaching, aportaba mucho valor, mis clientes y yo veíamos su progreso y eso me llenaba de energía y de entusiasmo por aprender más, crear nuevas metodologías, me sentía positivamente desafiada, inspirada y plena.

Así, fui descubriendo que el segmento no se diseña ni se define, sino que se descubre en la práctica. Por eso, mi recomendación es que te llenes de espíritu explorador y comiences a ejercer ahora mismo. 

Cuarto: Si el segmento se descubre, ¡necesitas entrar en el ruedo!

Si la idea de que el segmento no se diseña ni se define, sino que se descubre resonó contigo, te sugiero que no esperes más para salir a explorar, porque para descubrir, tienes que probar, si no, ¿cómo sabrías cuál es tu sabor de helado favorito si nunca has probado uno?

Por esta razón, te sugiero que no esperes más: ve y encuentra un lugar donde poner tu servicio desde ya. Al mismo tiempo, mantente atenta y escucha a tu entorno en unísono con escucharte a ti misma. Para lograr este ejercicio, te regalo estas preguntas:

  • Para escuchar a tu entorno, pon atención en quiénes te suelen pedir ayuda y para qué. Además, ve explorando cómo es para ti la experiencia con las personas con las que estás trabajando y quiénes logran mejores resultados trabajando de tu mano. 
  • Para escucharte a ti misma, estáte atento: ¿con qué grupo de personas te sientes energizado? ¿Con cuáles te sientes drenado? ¿A qué grupo de personas sientes que le aportas más valor?

Comienza y, en el camino, mantén una actitud flexible que te permita ir afinando tu segmento, pivotar e, incluso, si fuese necesario, cambiar de rumbo.

Quinto: El autoconocimiento es esencial para identificar tu segmento. 

El autoconocimiento es una de las claves para emprender con éxito cualquier proyecto, por lo mismo, a la hora de encontrar tu segmento, es también un paso obligado.

Descubrir aspectos como: (i) qué te apasiona; (ii) cuáles son las causas que te importan; (iii) dónde quieres impactar, harán de brújula para guiarte de forma directa hacia tu segmento, ese grupo de personas a las que anhelas servir y con las que quieres trabajar. 

Por eso, parte por descubrir aspectos de ti como tu IKIGAI o tu PORQUÉ (Why).

Además, enfócate en descubrir cuáles son tus motivaciones más profundas, así como cuáles son esas cosas que disfrutas hacer y que te energizan a tal nivel, que las harías incluso sin que te pagaran.

Por último, descubre cuáles son tus principales fortalezas y talentos. 

 

El autoconcimientoEl autoconocimiento es la capacidad de reconocer nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.

 

Sexto: Conoce las necesidades de tus clientes.

Hay dos caminos que te recomiendo siempre recorrer en paralelo: uno es enfocarte en ti, conocerte a ti. El otro, es enfocarte en conocer a tus clientes.

Trabajar con personas siempre tiene un grado de complejidad, por lo que conocer a quienes contratarán tus servicios es fundamental

Una herramienta poderosa para lograr esto, es el mapa de empatía del cliente que te permita conocer más en profundidad a las personas con las que vas a trabajar, incluyendo cómo piensan, actúan, qué les importa y cuáles son sus necesidades. 

Otra herramienta importante son las entrevistas de diseño y validación. Estas te permiten conocer las necesidades específicas de tus clientes en una espacio de intimidad y confianza en el que ambos se convierten en aliados. Por lo mismo, esta es una estrategia de ganar-ganar, ya que, por un lado, tú obtienes información de primera fuente y, por otro lado, el cliente obtiene un servicio a la medida.

Séptimo: Ventaja competitiva (o propuesta de valor única), ¡el secreto de tu salsa!

¿Qué es eso que te hace realmente único? 

En ocasiones toma tiempo descubrirlo, por eso, esta es una pregunta maestra con la que deberás meditar como si estuviese cocinando a fuego lento.

Muchas personas te dirán que salgas a investigar a “tu competencia”, pero en mi caso, no soy muy partidaria de enfocar tu energía afuera, sino que prefiero, más bien, ir hacia adentro. 

Es aquí, entonces, cuando vuelve a retomar importancia el autoconocimiento, pues descubrir tu valor diferencial requiere observar con atención el punto de intersección entre tu trayectoría, tus conocimientos y experiencia, ¿qué mezcla única sale de ahí?

CONCLUSIÓN

A medida que avanzas en tu camino como coach profesional, te recomiendo tener en cuenta que la construcción de tu práctica es un proceso en permanente evolución. 

Al combinar aspectos como el autoconocimiento con una comprensión profunda de tus clientes y una estrategia de marketing bien definida, estarás en una posición favorable para impactar positivamente a tus clientes, al mismo tiempo que te fortaleces profesionalmente como coach.

Como un último paso a través de este artículo, te invito a que revisemos juntos las consignas que he planteado a lo largo de este. Son siete y te darán una guía a seguir para encontrar tu segmento en la industria del coaching: 

  1. Primero: en tu yo del pasado está la respuesta.
  2. Segundo: eres el punto intermedio entre dos eslabones de conciencia.
  3. Tercero: el segmento ¡se descubre!
  4. Cuarto: ¡necesitas entrar en el ruedo!
  5. Quinto: el autoconocimiento es esencial.
  6. Sexto: conoce las necesidades de tus clientes.
  7. Séptimo: ventaja competitiva, ¡el secreto de tu salsa!

Si eres de quienes quieren encontrar su segmento en la industria del coaching, cuéntame en comentarios, del 1 al 7, cuál de estas consignas te hizo más sentido. 

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Anlleni Núñez Quiroz

Vicepresidenta ACCOP, Coach Ontológico & Mentora de Coaches

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